La sinopsis de la serie, sin hacer «espoiler» es bastante clara:

«Macarena se acuesta con el hijo de su mejor amiga y alguien sube el vídeo a internet. La vida en Belmonte se pone patas arriba y la frenética cadena de consecuencias hace que todos sus habitantes se enfrenten a sus secretos más profundos. Amigas que se odian, hijos con vidas paralelas, matrimonios con forma de estafa, amantes inesperados, cuchillos japoneses que cambian de mano, crisis matrimoniales, y para complicarlo todo un poco más, un terrible asesinato. Un misterio que no será sencillo de desentrañar porque, preguntes a quien preguntes, todos mienten.»

Dirigida por Pau Freixas, con guión compartido también por su pareja, la actriz Eva Santolaria, cuenta con gotas de suspense, drama y bastante humor negro.

Los personajes con demasiadas aristas y conflictos por resolver, son interpretados de manera muy solvente por Irene Arcos, Natalia Verbeke, Miren Ibarguren, Leonardo Sbaraglia, Juan Diego Botto, Ernesto Alterio, Eva Santolaria, Amaia Salamanca y Jorge Bosch junto a una serie de jóvenes actores que les acompañan y tienen mucha importancia en la trama.

Para mí destacan especialmente las actuaciones de Juan Diego Botto, como cínico abogado, y la de Natalia Berbeke que aunque resulta a veces especialmente histriónica, le da a su papel el tono adecuado y necesario para la historia.

La segunda temporada no pierde en interés con respecto a la primera y continúa relatando de una forma muy acertada todos los puntos de vista de los personajes sobre lo que está sucediendo, sin que lo diversos giros del guión sean excesivos o forzados. Veremos la tercera parte.

El director y guionista demuestra que sigue a un alto nivel de profesionalidad demostrada en trabajos anteriores, con mayor o menor éxito, como Pulsera rojas, Citas o Se quien eres…, y los actores señalados pues son una garantía de que con una buena historia bien desarrollada, es difícil que no hagan una buena labor.

Óscar C.