La serie francesa En la sombra (Dans l’ombre) se revela como un thriller político, que sin llegar a la categoría de estas, se sitúa en perfecta sintonía con obras maestras del género como Borgen o Baron Noir. Basada en la novela de Édouard Philippe, ex primer ministro y lider del ala derecha macroniana y Gilles Boyer, eurodiputado, ambos como ven con experiencia en la política real, la serie transmite una autenticidad y un pulso narrativo que pocas veces se logran en la ficción política, aunque en los últimos años hemos tenido buenas aportaciones.

A través de su protagonista, interpretado por un magnético y muy de moda Melvil Poupaud, En la sombra ofrece una mirada compleja a los engranajes del poder en el seno de la derecha francesa. Poupaud encarna a un jefe de gabinete leal y brillante que se enfrenta a dilemas éticos y estratégicos de altísima tensión en un proceso de presidenciales. A su lado, actores como Karin Viard y Swann Arlaud aportan capas de matices emocionales y ambigüedad moral que enriquecen cada episodio. Viard, en particular, deslumbra en su papel de política ambiciosa- y asquerosa –  que sabe navegar entre los ideales y su falta de ética.

La serie comparte con Borgen la capacidad de humanizar a los personajes políticos, mostrando que detrás de cada decisión hay temores, convicciones y traiciones personales. Al mismo tiempo, En la sombra hereda de Baron Noir esa atmósfera de intriga y maniobras entre bastidores, donde cada palabra y cada gesto pueden inclinar la balanza del poder.

Visualmente muy sobria, con una fotografía fría y elegante que subraya el tono serio de la trama y un ritmo contenido pero bastante tenso, atrapa desde el primer capítulo y se deja ver hasta el final de los seis capítulos.

En definitiva, En la sombra es una de las mejores adiciones recientes al panorama de la ficción política europea.