CON K DE CRÍTICA

Civil War

No es lo que esperaba, pero casi mejor. 

Película de 2024.

Disponible en plataformas.

La evidente polarización de la sociedad estadounidense es un material que la industria del cine no está explotando tanto como se merece. Tal vez sea porque el asunto es mucho más complejo de lo que un largometraje puede exprimir o porque realmente es un jardín donde mejor no meterse. De ahí, que el anuncio de este proyecto hizo que se esperara con interés para conocer cual era el resultado. Alex Garland, un director conocido por obras como 28 días después o La playa optó por una historia futurible, más que futurista, donde unos EE.UU. rotos en tres trozos se sumergen en el caos total y dos facciones rebeldes, Texas y California, se unen para derrocar al gobierno totalitario que se ha instalado en la capital, Washington. La fusión de estas dos facciones, que representan a dos zonas muy opuestas – la moderna y progre California y la siempre identidaria y conservadora Texas – evidencian como esta producción ha pretendido salirse del esquema de buenos y malos y mucho más, alejarse de la identificación entre los contrincantes reales de la América actual.

Usando la historia de unos reporteros que deciden avanzar ante la inminente caida del presidente con la intención de lograr una entrevista casi póstuma, la historia pasa de perfil sobre los motivos que han llevado a esta situación y se desarrolla como una «road movie» con trasfondo bélico en la que destaca la interpretación de una siempre solvente Kristen Dunst, junto a Wagner Moura (conococido por su papel como Pablo Escobar en Narcos), Caillei Spaney y un rostro muy habitual en las pantallas como Stephen Henderson (Dune, Fences, Ley y Oden…), que hacen creible la historia.

Es cierto que esperaba más o más bien otra cosa, pero al final una vez te has quitado la esperanza de encontrarte otra cosa te encuentran con una película efectista, entretenida y que narra con algo de lentitud pero sin caer en el sopor, una historia de periodistas ante lo que les rodea. Al estilo de otras películas de este subgénero, como la maravillosa Salvador, dirigida por Oliver Stone en 1986 y protagonizada por James Woods; El año que vivimos peligrosamente, película de 1982 con Mel Gibson y Linda Hunt o el clásico Bajo el fuego, con Nick Nolte de 1983, se basa fundamentalmente en mostrar las vidas, miserias y contradicciones de quienes tienen que enseñarnos lo que pasa en el mundo, bajo el prisma de sus propias miradas y sus conflictos morales.

Resumiendo: no es lo que esperaba encontrarme en la pantalla pero me ha parecido un buen producto. Y con perspectiva, mejor así. Lo contrario habría resultado un pastiche propagándistico de parte. Y de esos, ya estamos saturados.

Acción, una buena historia y decentes interpretaciones. ¿Para qué más?

Óscar C.

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