CON K DE CRÍTICA

Suburra eterna

A veces (demasiadas) no es buena idea estirar una idea.

Serie de 2023

Se puede ver en Netflix

Me reconozco como un fan de las historias de mafiosos italianos. De italianos en general, pero si son mafiosos más.

Comencé con esta afición al leer el libro de Giancarlo De Cataldo, Romanzo Criminale, novela que cuenta la historia real de una banda famosa en la Italia de los 70 conocida como «la Magliana» que saliendo de los más bajos fondos romanos se conjuran para ser los reyes de Roma. De la mano, eso si, de las diferentes conspiraciones y redes del Estado oculto. Este libro luego fue reconvertido en exitosa película y posterior serie, con un desigual interés pero bastante atractivo para quienes nos gusta el mafiosismo como espectáculo literario y televisivo.

Otras adaptaciones como la Gomorra del periodista Roberto Saviano o Calabria de Francesco Munzi o joyas como El traidor de Marco Bellochio, con un maravilloso Pierfranceso Favino encarnando a uno de los mayores «arrepentidos» de la mafia siciliana, también han sido una deliciosa oferta para el género. Es verdad que la eclosión de cierta moda ha hecho que en los últimos años hayan surgido diversas series y/o películas para las plataformas televisivas que han tenido un desigual éxito. Y no me refiero al de público, que también. Películas poderosas como «El alcalde de Rione Sanitá» o «La mafia solo mata en verano«, junto a la reciente «Los despiadados» con un celebrado Riccardo Scamarcio, han compartido camino con productos como Suburra: sangre sobre Roma, que nace como película en 2015 mostrando la cara más dura y miserable de la mafia romana actual, llena de familias gitanas, albanesas… de la mano de los negocios de la droga, la extorsión o el urbanismo, con la sombra de la corrupción y los intereses vaticanos. Todo un clásico. Buenos actores con personajes al límite dieron una buena oportunidad de disfrutar de esa película, que llevó a gran parte de estos a protagonizar las tres temporadas televisivas posteriores a partir de 2017. Mismo producto, con parecidos protagonistas y un poco más de exageración para extender durante muchos capítulos una historia de muerte, amor y cero escrúpulos. Se dejaba ver. Un final bastante cerrado bajaba la persiana a Samurai, Numero 8, Sebastiano o Spadino Anacleti. Destacable la visión de una mafia gitana hortera como ella sola y viviendo entre el lujo y el poblado de caravanas.

Pero era evidente que ese final cerrado del que hablaba antes, no era suficiente para unos productores deseosos de rellenar huecos, por lo que había que retomar la historia a través de los pocos no desaparecidos violentamente para presentárnoslos vía Netflix en Suburra Eterna. Un producto de segunda clase, donde se introducen más aún las intrigas mafiosas dentro del clero vaticano junto al urbanismo en una sociedad romana sucia por arriba y por abajo. Las interpretaciones ya de por sí en este formato exageradas y un tanto estridentes con esas miradas malotas y gestos de divos del mal, son limitadas y a veces prescindibles, pero debo reconocer a mi al menos me ha picado el gusanillo y me he tragado del tirón los 8 capítulos dirigidos Ciro D’Emilio y Alessandro Tonda en 2023 y quedándome con ganas de la llegada de una segunda temporada. No porque sea buena, sino porque una vez que uno entra en el universo mafioso pues se queda con ganas de saber cuando van siendo eliminados los protagonistas.

En el debe (uno más) la falta de una fotografía más allá de interiores y poblados, que nos permita disfrutar la belleza de Roma aunque sea de pasada. ¿Se la recomiendo? Pues si. Es mala o mejor dicho no es buena, pero les invito a verse primero la película o las tres primeras temporadas para que les sea más facil tragarse esta nueva saga. No me lo echarán en cara. Que no todo van a ser obras de arte en la vida para pasar el rato.

Óscar C.

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