Operación Nikolai
El asesinato de Andreu Nin.
Ahora que la memoria histórica está siempre en la agenda mediática, hemos querido hacer un ejercicio de recuperación de uno de los -muchos- casos silenciados de episodios de la contienda incivil de 1936-1939. La represión que en la retaguardia republicana se efectuó no solo ante los sospechosos de colaboración con los sublevados sino también ante los disidentes por la influencia dominante -y creciente- del poder soviético por la via del PCE y de los sectores comunistizados del PSOE. El caso de Andreu Nin y el POUM es significativo.
Este artículo figura en Història política, Societat i Cultura dels Països catalans (Barcelona, 1998). Lo tradujo al castellano Wilebaldo Solano.
Maria Dolors Genovés.
Andreu Nin y el POUM eran incómodos. Lo eran para Stalin y, por extensión, para todos los que obedecían al comunismo internacional. La posición revolucionaria de los poumistas desde el comienzo de la guerra civil, las campañas de La Batalla contra las purgas estalinistas de la vieja guardia bolchevique de la URSS y contra los intereses que se ocultaban detrás de la llamada ayuda soviética a la República determinaron que el POUM y su líder fueron considerados como enemigos a destruir.
La lucha por la hegemonía entre la CNT y el PSUC durante las Jornadas de Mayo de 1937, fue la excusa y el detonador para trasladar a Barcelona los procesos que se producían en Moscú.
La Barcelona en rebelión de 1937 tenía, entre otros, un observador privilegiado, el húngaro Ernst Moritsovitx Gere, también conocido por Ernst Singer y Erno Gerö, con pasaporte español a nombre de Pedro Rodríguez Sanz. Pedro, seudónimo que utilizaba para comunicar con Moscú, era delegado de la Internacional comunista en España y uno de los organizadores y consejeros del PSUC. Su biografía, descubierta en el archivo de la Internacional Comunista (Centro ruso para el estudio de los documentos de la Historia Moderna en Moscú) refleja una brillante y activa carrera desde los 19 años en favor de la más pura ortodoxia comunista.
Hijo de una familia acomodada, Gerö estudió Medicina durante dos años en la Universidad de Budapest, donde se convirtió en un dirigente de las Juventudes Comunistas y de la revolución húngara de 1919. Fue encarcelado cuando se estableció en Hungría la dictadura del almirante Horthy y condenado a 14 años de trabajos forzados. La Unión soviética logró liberarlo a fines de 1924 gracias a un intercambio de prisioneros. A partir de ese momento, Gerö fue una pieza clave del Komintern en Francia, Dinamarca, Suecia y España. Siempre fiel a los dictados de Moscú.
Y Pedro creó las condiciones idóneas para la ofensiva estalinista contra el POUM. El 22 de Mayo de 1937 envió a Moscú un informe de diez páginas, manuscrito y en francés, denunciando a los responsables de lo que él llama «el alzamiento contrarrevolucionario» e insinuando las medidas que había que tomar para eliminarlos.
«Los trotskistas han jugado un papel decisivo en el golpe, no desde el punto de vista cuantitativo de su aportación en hombres y armamento (pese a que estaban bien armados), sino como instigadores y como proveedores de la plataforma del golpe. La plataforma dada por los trotskistas era «la revolución está en peligro». (….) Los trotskistas del POUM siguen existiendo como organización legal, (y a la vez realizan una tarea clandestina) y hasta ahora, pese a todos los esfuerzos del partido, ni el gobierno de Cataluña, ni el gobierno de Valencia, no han tomado ninguna medida seria contra el POUM. Pese a todo, es la primara vez que se ha visto claro por parte de las grandes masas de diversas tendencias el papel de agentes del fascismo que juegan los trotskistas. En fin, pienso que ahora lograremos obtener medidas serias y eliminar así en gran parte una de las mayores dificultades en la organización de la guerra y en la vía de la unidad de acción con la CNT» (CREDHM. fondo 495, sección 10-a, legajo 222).
Los trotskistas del POUM, según Pedro, son los instigadores, los ideólogos de la crisis de Mayo, y agentes fascistas. En definitiva, un peligro que hay que eliminar ante la falta de reacción de la Generalitat y del gobierno de la República.
Mientras el delegado de la Internacional Comunista creaba el corpus propagandístico de la conspiración con la complicidad del PSUC y del PCE – nunca más el POUM pudo liberarse del calificativo de trotskista, cosa que no era -, el agente del NKVD enviado a España, Alejandro Orlov, se encargó de fabricar el modus operandi. En el archivo del Servicio de Información Exterior de la Federación Rusa, que posee toda la documentación histórica de las actividades de la GPU, del NKVD y del KGB y de sus agentes se encuentran las pruebas del complot organizado contra el POUM.
Leva Lazarevitx Feldvin – más conocido por el seudónimo de general Alexander Orlov, alias Xvied – envió 24 horas después del informe de Pedro una carta a la sede del NKVD de Moscú donde detallaba con precisión la manera de involucrar al POUM y a sus dirigentes en la red de espionaje franquista desmantelada por los servicios secretos de la República.
«Teniendo en cuenta que, en este caso (Falange Española), la mayoría de los implicados ha confesado, ha causado una seria impresión en los círculos militares y gubernamentales, que el caso está bien documentado y argumentado gracias a la total confesión de los acusados, he decidido utilizar la importancia y la indiscutivilidad del caso para implicar a la dirección del POUM (…). Hemos redactado el documento anexo, que revela la colaboración de la dirección del POUM con la organización Falange Española y, a través de ella, con Franco y con Alemania. Cifraremos el contenido de este documento con el código secreto de Franco que tenemos a nuestra disposición y lo escribiremos (con tinta simpática) detrás del plano de la situación de nuestras puntos de fuego en la Casa de Campo, interceptado a la organización. (…) Comenzaremos a investigar conjuntamente con los españoles si los documentos contienen escritura secreta. Un español de la dirección del Departamento de Contraespionaje saldrá inmediatamente para Valencia e irá al departamento de descodificación del Ministerio de la Guerra para descifrar la carta. Según sabemos, el departamento de descodificación dispone del código secreto de Franco. De todos modos, si por alguna razón el departamento no pudiera descifrar la carta, nosotros perderemos un par de días y la descifraremos. Esperamos grandes resultados de la operación. Después del papel que tuvo el POUM en la rebelión de Barcelona, poner en evidencia el contacto directo de uno de sus dirigentes con Franco tendría que impulsar al gobierno a adoptar una serie de medidas administrativas contra los trotskistas españoles y desacreditar totalmente al POUM como una organización espía alemana-franquista» (SRER 7679,Vol.1)
Es obvio que Orlov – principal consejero del gobierno republicano en materia de espionaje y de contraespionaje – no confiaba mucho en la agudeza y la eficiencia de sus homólogos españoles. La prueba falsa que Orlov pretendía acompañar con su carta no se encontraba en el dossier Orlov del NKVD. Si en Moscú no había indicios, la única posibilidad era localizarla entre la voluminosa documentación de la instrucción sumarial del «caso Falange» o bien en el asunto POUM, es decir, en el Archivo Histórico Nacional de Madrid. Y allí estaba.
El texto, encabezado por «Al Generalísimo personalmente comunico», dice en su parte cifrada: «En cumplimiento de su orden, fui yo mismo a Barcelona para entrevistarme con el miembro directivo del POUM, «N» (…) El me ha prometido enviar nueva gente a Madrid para activar los trabajos del POUM. Con estos refuerzos, el POUM llegará a ser un firme y eficaz apoyo de nuestro movimiento» (AHN, Causa General, Caja 1741, Exp. 20 y Caja 1539, Exp 1).
Vale la pena destacar que una copia del texto cifrado se localizó entre la documentación sumarial del «caso Falange», mientras que la versión descodificada figura en el expediente del sumario instruido contra el POUM.
El falangista Javier Fernández Golfín confesó ser el autor del plano milimetrado en el dorso del cual Orlov ordenó escribir el mensaje falso. Pero siempre negó que conociera la existencia del texto escrito con tinta simpática. Y hay que reconocer que decía la verdad. Pese al énfasis que los policías de la Brigada Especial de Madrid expresaron durante los interrogatorios para obligar a confesar a Golfín, éste, en cambio, además de desmentirlo, señaló el caso de un tal Alberto Castilla «porque era el único que conocía el lenguaje cifrado y en clave confeccionado con tres libros. Los libros indicaban las páginas, líneas y palabras de estos libros» (AHN, Causa General 1539. Ex 1).
Lo que desconocía Golfín era que Castilla era un confidente de la policía infiltrado en las filas de la Falange (un informe de la Dirección General de Seguridad de Julio de 1937 lo identifica como colaborador-confidente) y que los funcionarios que le interrogaban – entre ellos figuraba Fernando Valentí, que firmaba la declaración de J.F.Golfín,- eran miembros de un cuerpo escogido, la Brigada Especial de la Comisaría General de Investigación y Vigilancia de Madrid, creada con el objetivo de desarticular al POUM, Esta brigada dependía directamente del Director General de Seguridad, el comunista Antonio Ortega.
Solamente tres semanas bastaron para materializar la conjura. Pedro creó la coartada política para eliminar al POUM y a Nin, Orlov diseñó el complot; Castilla fue el peón que transmitió la nota con la tinta simpática y Antonio Ortega, con la evidencia de las pruebas falsificadas, dio la orden de detener a los poumistas.
El engranaje se puso en marcha y el 16 de Junio de 1937 Andreu Nin fue detenido en las Ramblas de Barcelona por policías de la Brigada Especial de Madrid y, poco después, varios miembros del Comité Ejecutivo y algunos militantes conocidos. Los locales y los periódicos del POUM fueron clausurados y se inició una represión general y una campaña de prensa grotesca para desacreditar a Nin y a sus compañeros.
Algunos años más tarde, Javier Jiménez Marti, antiguo policía de la Brigada Especial, afirmó que tres hombres fueron los encargados de trasladar a Nin a Madrid: los comisarios Fernando Valentí, Jacinto Rosell y un agente soviético, un hombre de Orlov que supervisó la operación. Juzik, conocido también por el nombre de José Escoy.
Nin fue encerrado en la prisión celular de Alcalá de Henares en medio del mayor secreto, por lo que su nombre no fue registrado. En el Archivo Histórico Nacional de Madrid se conservan las cuatro declaraciones que se tomaron a Nin los días 18,19 y 21 de Junio. Nin calificó su detención como un complot del Partido Comunista y negó reiteradamente las acusaciones de espionaje a favor de Franco.
El montaje paralegal ideado por Orlov no dio los resultados esperados y se produjo un cambio de estrategia. El 24 de julio de 1937, Orlov envió una carta a la Lubianka (sede del NKVD) explicando el secuestro del dirigente poumista en la prisión de Alcalá e identificó a los responsables.
«En lo que se refiere a los implicados en el caso Nikolai, los principales son los siguientes: 1-L,2-A.F. y I.M. Este último era el más indirecto. Cuando este llevó la comida al área de detenidos y le abrieron las puertas, nuestra gente entró en el patio. Poltavsky debía haberlos informado desde París sobre la salida hacia ustedes del último participante de la operación: Juzik. El principal documento cifrado conocido por ustedes lo escribió él. Juzik me servía de interprete en este caso. Estuvo conmigo en el coche, cerca del establecimiento de donde se llevaron el objeto». (SRER.32476,Vol
1″).
El críptico documento que se conserva en el dossier de Xvied bautizaba por primera vez la operación de secuestro de Andreu Nin con el nombre de Caso Nikolai. Aparte de explicar el modus operandi, Orlov identificaba a los tres cómplices españoles ( los responsables del archivo histórico del NKVD borraron el nombre completo y dejaron sólo las iniciales) y a los dos agentes soviéticos que supervisaron la operación desde el coche: el propio Orlov y Juzik.
Orlov atribuyó a Juzik – José Escoy, según Jiménez – la redacción del texto en tinta simpática y, al parecer, Castilla sólo hizo la transcripción en el dorso del mapa. Pero el texto dice cuando fue asesinado Nin. Basta simplemente con relacionarlo con la «lista incompleta de hechos y cuestiones» – que Orlov envió a Iejov, máximo responsable de los servicio de seguridad y de espionaje de la URSS en el verano de 1938 desde los Estados Unidos -. El texto íntegro de este documento es un elemento clave para conocer hasta 45 casos en los que participó Orlov, a sueldo de los servicios secretos soviéticos, en toda Europa.
El 9 de Julio de 1938 – lo explica Orlov en el prólogo de la lista – recibió un telegrama de Moscú en el que se le ordenaba que se presentara inmediatamente en París. Orlov pensó que pasaba algo grave.
«La llamada no tenía ningún sentido operativo y leí bien claro que se estaba preparando una trampa para cogerme y yo me sentía inocente. La purga del aparato que se está realizando también quiere sacrificarme. Sabía que mi destino estaba fijado y que me esperaba la muerte. Todo esto pese a haber arriesgado mi vida por el partido y la causa.(SRER. 76659,Vol 2).
Orlov, después de haber atravesado con su mujer y su hija Francia, el Atlántico y Canadá en una huida propia de un espía de su categoría, se instaló de incógnito en los Estados Unidos bajo el nombre de William Goldin y con la profesión de vendedor. Pero Orlov temblaba por el resto de su familia que seguía en la URSS. Fue entonces cuando se dirigió a Iejov y amenazó con explicar públicamente todas las actividades criminales que en nombre de Stalin y de la URSS habían realizado. Orlov dedicó una mención especial a la «Operación Nikolai», misión en la que él afirma que había corrido el peligro de perder la vida. La primera referencia que hizo al caso decía textualmente: «Epopeya caso Nikolai y las personas vinculadas: Tengo el borrador del telegrama cifrado escrito por Juzik». Y la segunda: «Tengo las fotografías y los nombres auténticos de los que participaron en el caso Nikolaï.»
El telegrama críptico que ahora sabemos que lo escribió Juzik, probablemente en París, decía .»N. De Alcalá de Henares en dirección a Perales de Tajuña, a medio camino, a unos cien metros de la carretera, en el campo. Bom. Xvied, Juzik, dos españoles. El chófer de Pierre es Víctor (SRER.32476.Vol,1.).Es la confirmación que cierra con éxito la misión de eliminar a Andreu Nin y desarticular el POUM.
Si se intenta descifrar el texto, se obtiene que «N» es Nikolai-Nin y la carretera que va de Alcalá de Henares a Perales de Tajuña, cerca de Madrid, el lugar en el que asesinaron al líder poumista. Los dirigentes del Archivo del NKVD se negaron a facilitar más datos sobre la identidad real de los autores. Se conocen los seudónimos: Bom, Xvied y Juzik ( los tres eran agentes de los servicios secretos soviéticos). Detrás de Xvied se escondía Alexander Orlov y detrás de Juzik, José Escoy, el intérprete de Orlov y el autor del texto que implicaba al POUM con la Falange. Como cómplices, el telegrama cita a dos españoles, los miembros de la Brigada Especial L y A.F., – Pierre , es decir, Pedro y su chófer, Víctor.
Pero, ¿cuándo asesinaron a Nin? La incógnita se resuelve si se relaciona el telegrama citado con la carta de Orlov del 24 de julio de 1937 en la que se explica el secuestro de Nin de la prisión de Alcalá de Henares. En esa carta, Orlov precisa que Juzik es el último participante en la operación y que ya ha abandonado España. Por consiguiente, como Juzik estuvo presente durante la ejecución de Nin, éste fue eliminado entre el 21 de junio, fecha de la última declaración oficial, y el 24 de julio, cuando Orlov comunicó al NKVD el secuestro.
Conspiración, secuestro y asesinato. En definitiva, un espejo de las purgas estalinistas trasladadas de Moscú a Barcelona y Madrid con la complicidad del PSUC y del PCE, de la policía republicana y de la pasividad increíble del gobierno de la República.