CON K DE CRÍTICA
No me llame Ternera
Una buena entrevista para el nivel del entrevistado.
Documental de 2023
Se puede ver en MovistarTV
Cuando se anunció la presentación de este documental en el Festival de San Sebastián comenzaron los tiros. Por suerte ETA abandonó su actividad criminal, pero en este caso las balas eran en forma de textos periodísticos y tuiteros iracundos, ofendidos porque a un asesino de la más baja estopa se le diera un altavoz mediático para explicar o explicarse. Y en este caso, la izquierda abertzale no abrió la boca sino que los ataques surgieron de la derecha social y mediática. Más aún cuando el entrevistador era un popular comunicador y periodista de izquierdas, de nombre Jordi Évole, ya sacudido por otras entrevistas previas en televisión. Es decir, que le estaban esperando aún antes de saber el contenido de este trabajo.
Yo mismo me puse la venda indignado por pensar que esta entrevista a José Antonio Urruticoechea, más conocido como Josu Ternera, era una forma de blanqueo. La polarización crispada nos lleva a todos por delante, hasta a los que intentamos no estarlo… pero este asunto, el de ETA y su violencia, causas y/o excusas, me toca de lleno. Y estoy a la que salto. Enseguida bajé mis pulsaciones, no insulté en ningún momento a Evolé y me convoqué para ver los resultados. Y ya los he visto.
El documento es un trabajo televisivo impecable, nada novedoso es cierto y que sigue la senda de otros muchos formatos similares. Un cara a cara con el entrevistado donde se le plantean cuestiones sin más límite que el tiempo y donde él es el único que tiene la labor de sanear su imagen o hundirse más en la miseria. Lo único efectista u oportunista que destacar es la aparición inicial de una de las víctimas del terrorista (guardia urbano ametrallado en el asesinato del alcalde de Baracaldo) que hace de oyente de la confesión del vacuno de dos patas de que participó en el crimen. Nada que destacar, salvo que es muy positivo que se pudiera oír por su propia voz (la de la víctima) que aún hoy hay cerca de 400 asesinados que no tienen asesino convicto o confeso. Demasiados crimenes recientes sin resolver para pasar página sin exigir nada a cambio. Y que no nos maten no es una victoria.
¿Josu Ternera? Un tipejo que empeora la imagen que uno puede tener, porque uno idealiza hasta a los malos y se piensa que alguien capaz de estar 50 años en primera linea de una organización armada como ETA, tendría al menos un cerebro potente para justificar el odio y la muerte que ha sembrado. Pues ni eso. Ante las cámaras aparece un señor ya entrado en años, que no desgrana ni un solo argumento político para sus crímenes y que solamente nos da justificaciones lamentables para «salvar los errores». Errores que costaron vidas inocentes como las de Hipercor, Zaragoza o Vic (por mencionar casos por lo que se le pregunta).
Mi impresión, y así lo manifesté en redes inmediatamente después de ver la entrevista (que por cierto fue dada como me gusta por el propio Évole), es que era como si entrevistabas a un capo de la mafia siciliana o de la camorra napolitana. Ternera no parece más que un Toto Riina de saldo, con escaso nivel intelectual y nula empatía por la vida humana. Capaz de degollar a un pollo como de colocar una bomba o justificar que se haga en un patio de casas llenas de niños. Y todo en nombre de la opresión a la izquierda independentista. Aún así, esperaba algo más. Cuando leí los libros de Otegi, los que en Irlanda publicó Gerry Adams (líder del Sinn Fein) o de Renato Curcio (fundador de la Brigadas Rojas italianas) uno encontraba una especie de mitificación de la violencia como herramienta para conseguir objetivos políticos y contextos de confrontación que los motivaban, además de dinámicas políticas para superarlos. Aquí nada de nada. Un carnicero sin más capacidad que la de haber resistido muchos años en una vida de violencia sin aportar nada más que eso, ser uno de los violentos de la manada.
Sinceramente, el documental me ha gustado. No comparto la idea de que hay gente a la que no se debe entrevistar por ser los malos. Eso no es periodismo. A los malos se les entrevista y se les pregunta por su maldad, no con insultos sino con interrogantes. Y no creo, sinceramente, que por muy mal que le caiga a mucha gente Évole se pueda sacar la conclusión de un solo ramalazo de complicidad o blanqueamiento de este terrorista. No lo hay. ¿Yo habría hecho más preguntas? Seguramente, pero hay horas de grabación no editada. ¿Sobra alguna? Creo que no.
Recomiendo que la gente vea el documental y saque sus conclusiones con los ojos abiertos. Es una entrevista en formato televisivo y duración determinada entre un periodista y un asesino. No es la de un fiscal ni tampoco la de un ciudadano a secas, al que le llenaría más la oportunidad de escupirle a la cara antes que oírle. Es un género periodístico que además hay que hacer con el cuidado de saber que el entrevistado puede levantarse y marcharse en cualquier momento, lo que solo serviría para reafirmarnos que es un mal nacido. Y escuchar a este malnacido es útil para intentar vacunar a las nuevas generaciones de lo que representa y para que recuerden lo que hicieron y para que lo hicieron.
Óscar C.