CON K DE CRÍTICA

Esto no es Suecia

Cuando las cosas se hacen bien, salen mejor.

Serie de 2023

Se puede ver en RTVEPlay

Para mí, la gran sorpresa televisiva del final de año. Esta producción catalana, región de donde salen siempre muy buenos productos televisivos -la saga Citas BCN es otra novedad de la que tendré que escribir algún día, más pronto que tarde o la magnífica Merli– me ha parecido literalmente brillante. Por la historia que quiere reflejar, el guión que es espectacular, los actores que brillan por sí solos y porque ya era hora de que en este santo país se hicieran descripciones tan sencillas y certeras de algunos de los males que los nuevos y posmodernos tiempos de vivimos, nos han traído.

La historia no tiene vuelta de hoja: padres jóvenes que viven obsesionados por la crianza, los nuevos métodos pedagógicos y mantener la imagen pública impoluta para los cánones de manual… mientras lo cotidiano, la vida personal y la familia se resienten eso sí, entre alimentación sanísima y escuelas de buenos padres. 

Cada personaje me resulta creíble, tal vez porque he conocido a muchos así en la vida real, y cada desenlace totalmente viable puesto que también muestra las torpezas y debilidades que los seres humanos – sí, los padres somos humanos aunque si lees los suplementos de El País no lo parezca– mostramos y cometemos cada día en nuestra realmente imperfecta vida. Los complejos, los miedos y la pérdida del sentido de las cosas, nos es mostrado en esta serie con un humor tan amargo que a veces duele.

Las interpretaciones de Aina Clotet y Marcel Borràs, como esos padres que huyen de la ciudad para trasladarse a una colonia de perfección, son colosales. Identificables. El resto del plantel, empezando por la hija mayor, acompañan en positivo. Destacable el personaje de Antonio, padre del protagonista al que da forma Tomás del Estal y unos secundarios de lujo, con rostros conocidos como Nausicaa Bonin, Enric Auger o Anna Moliner.

Los ocho capítulos de Esto no es Suecia – de título original Això no és Suècia, están rodados a saltos entre el catalán y el castellano –incluso con retazos de inglés e incluso sueco– mostrando una normalidad linguística, que es la que se vive y no debe dejar de serlo nunca, en las calles de Cataluña. Y el oído lo agradece y no dificulta nada para disfrutarla.

Es una producción de TV3, RTVE y varias productoras con una idea de la propia Aina Clotet, Daniel González y Valentina Viso, que puede verse en RTVE Play pero que espero de el salto a la pantalla convencional para que todo el mundo tenga la oportunidad de descubrirla.

Recomiendo por tanto, este retrato del daño que hace la estupidez perroflauta a nuestras vidas. Esa impostura que a veces impide disfrutar de la suerte de la sencillez y de esa experiencia tan compleja como maravillosa que es la paternidad. Un reto que nos hace mucho más felices nuestras vidas. Para mi, pese a todos los errores que se que he cometido –que han sido muchos y sin capacidad de retorno-, no hay nada más importante por lo que despertarme cada día. Doy gracias por ello. Por ellos.

Y no, esto no es Suecia. Gracias a Dios.

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