Alejandro Caos de Benós.
Entrevista en La Emboscadura.
La Emboscadura.-
“Seguimos teniendo la confianza que EE.UU., como todos los imperios, acabará cayendo.”
Alejandro Cao de Benós, nacido en España de una familia aristocrática, militante comunista desde su juventud, militar profesional, trabajador, nacionalizado norcorerano, país del que es representante en la Europa Occidental en multitud de asuntos diplomáticos y “enfant terrible” para los bienpensantes del entramado capitalista occidental. Menudo curriculum… ¿Cómo has llegado a ser lo que eres?
Con determinación y paciencia. Empecé a ganarme la confianza de mis amigos en Corea tras 10 años de relaciones e intercambio. Como niño hablaba de temas filosóficos, políticos o parapsicológicos que solo interesaban a mis profesores. Los valores, forma de vida y principios militares siempre me gustaron y en Corea encontré esa fusión ideológica y espiritual que correspondía a mis convicciones. Probé también en España pero me fui decepcionado. Mi teniente de artillería me solía decir que nunca había tenido a un soldado tan disciplinado como yo, ni siquiera durante el franquismo. Afortunadamente desconocía mi ideología.
Alejandro Cao de Benós ha sido víctima del aparato represivo mediático español, objetivo de burdos montajes policiales y superviviente de las típicas infamias de la progresía patria y de los pesquisidores de lo políticamente correcto. Teniendo en cuenta este escenario, ¿cómo es tu vida en estos momentos?
Nunca veo los problemas como tales, son un camino de aprendizaje. La presión no me supone un sufrimiento, si no una motivación. En estos años de amenaza y vigilancia por parte de lo más rancio del estado español he aprendido muchísimo. De sus instituciones policiales, judiciales y de cómo la supuesta “Democracia” intenta acallar a cualquiera que piense diferente.
Desde la prensa basura usando a oficiales superiores para obtener información privilegiada/reservada, a cómo policías usan esa misma prensa basura para imponer titulares. De cómo un agente del CNI tiene que recurrir a un periodista para denunciar una situación, de cómo un juez se convierte en semidiós por ser familiar de…
Pero hay un pequeño rayo de luz y, afortunadamente, en el ministerio del interior no todos son fachas. Hay buenos profesionales que realmente se juegan la vida, suelen ser ignorados por el sistema y no tienen recursos. Siempre solemos bromear sobre las aventuras de Mortadelo y Filemón, que son más reales de lo que se imagina la gente.
A pesar de que me impidan desplazarme o defender mis derechos “Democráticos”, mi vida es muy feliz en todos los sentidos. En la batalla me encuentro en mi medio.
¿Qué diagnóstico haces de la situación política, social y cultural de España y, en general, de la Unión Europea?
Es un absoluto desastre. Creo que es imposible rectificarlo. Un borrón y cuenta nueva es la única solución.
España no puede estar sometida a ninguna autoridad superior que dicte su política agraria o de relaciones internacionales, sea el Vaticano, Bruselas o Washington.
La corrupción, las drogas, la inmigración ilegal, el conflicto de intereses entre comunidades, la sumisión al imperio estadounidense o a las multinacionales han eliminado la capacidad soberana de España. Socialmente es una especie de pesadilla del “Sueño americano”. Se importa lo peor de la globalización con sus marcas e individualismo exacerbado pero manteniendo el caciquismo andaluz o extremeño de la posguerra.
Franco era un oportunista y un vendido al primero que encontrara, fuera Hitler o Eisenhower. Pero cuando los mayores te dicen que en su época la gente tenía acceso a una vivienda y no se buscaba comida en los contenedores, es para ponerse a pensar sobre la absoluta inutilidad de los políticos actuales.
Hablemos de Corea del Norte… ¿Qué te atrajo tanto de aquel país y su sistema político?
Me atrajo todo. Se trata de una sociedad en la que el honor está por encima de la propia vida. Sus principios filosóficos y políticos. Su socialismo con influencias del budismo, confucionismo y chondoismo. La creación de una sociedad basada en la igualdad, la propiedad común y la eliminación del explotador. Un país que atesora su cultura, se enorgullece de ella y la transmite generación tras generación pero que nunca busca imponerla a otros pueblos. Encontré un objetivo y una dignidad que no compartía el abanico de organizaciones comunistas españolas en las que estuve militando.
Desde que fuiste la primera vez a Corea del N., ¿Has visto desarrollarse el país? ¿Qué aspectos destacarías?
Muchísimo. Desde los 90 hasta ahora ha habido 3 fases. La que llega a los 90, en la que todavía existía el mercado socialista y había muchas comodidades, la que sigue hasta el 2000-01 con desastres naturales, fin del mercado socialista, importantes hambrunas, sin agua corriente, electricidad, etc. Y la fase de recuperación hasta nuestros días. El país es más autosuficiente que nunca y la vida mejora a diario independientemente de la presión exterior.
¿Cómo es la vida diaria de un ciudadano de Corea del Norte?
La jornada laboral es de 8 horas. La frecuencia diaria depende mucho de si se trabaja en el campo o la ciudad. Un funcionario en Pyongyang trabaja de lunes a jueves, viernes comparte trabajo voluntario con militares de la construcción y el sábado por la mañana se forma en política, idiomas, etc. Un campesino cooperativista trabaja según la plantación y las cosechas. Así que en verano puede trabajar hasta 14 días seguidos mientras que en invierno descansa semanas enteras. Igualmente participará en los sábados lectivos.
Tras el trabajo hay una variedad cultural, deportiva y de ocio. Gimnasios, balnearios, escuelas de música, pubs, restaurantes, parques, teatros, cines. Todo público y accesible a cualquier ciudadano.
Supongo que una herida abierta para todos los coreanos es la división del país, con dos sistemas políticos antagónicos y la interferencia de agentes externos como los Estados Unidos. ¿Veremos algún día la reunificación de las dos Coreas? ¿Qué condiciones serían necesarias?
Depende de los propios EE.UU. Mientras que ambas coreas ya han sentado las bases y firmado tres acuerdos por la reunificación basados en una República Confederal (Un país, dos sistemas), el imperio norteamericano continúa teniendo el control militar y político del Sur y no está dispuesto a dejar Corea a los coreanos. Solo cuando Seúl recibe la autorización de Washington, este puede seguir avanzando en esa dirección.
Seguimos teniendo la confianza que EE.UU., como todos los imperios, acabará cayendo.
Tenemos la esperanza de que el siglo XXI nos traiga un mundo multipolar. Por su geopolítica, Corea del Norte está inmerso en el mundo oriental, cuya potencia central es la República Popular China. ¿Cómo son las relaciones de Corea del Norte con China?
Tradicionalmente han sido muy cercanas ya que se compartió sudor y sangre entre ambos pueblos en la lucha contra los invasores japoneses y estadounidenses. Pero a partir de los 90 y con las reformas capitalistas de Deng Xiao Ping, esa hermandad política pasa a convertirse en una buena vecindad y diplomacia protocolaria. Así, mientras China sonríe a Corea, aprueba las sanciones propuestas por EE.UU. a cambio de que rebajen los aranceles de sus productos.
La multipolaridad es siempre mejor que la unipolaridad. Pero como nos enseñó Kim Il Sung, cualquier dependencia de un país extranjero (Independientemente de su ideología), significa la ruina para la propia nación.
La prensa occidental ha especulado en los últimos tiempos con la salud de Kim In Sung, quedando en ridículo una y otra vez. Incluso han hablado de una posible sucesora, Kim Jong-un, hermana del líder. ¿Qué nos puedes decir de ella? ¿Sería una opción para dirigir el país?
La camarada Kim Yo Jong ha estado siempre al lado de nuestro Mariscal Kim Jong Un y es muy respetada por su ideología y lealtad. La decisión sobre el liderazgo de la nación está a cargo del poder popular, representado por 687 diputados electos por los ciudadanos de la República. Todo el resto es pura especulación.
Finalmente, ¿Cómo se ve desde allí la presidencia actual de Joe Biden? ¿Se ha empeorado con respecto a Trump?
Sí, ha empeorado porque Trump, como hombre de negocios y multimillonario hacía lo que le daba la gana sin rendir pleitesía a las empresas de armamento. Eso abría una ventana a la mejora de relaciones e incluso la firma de la paz que pusiera fin a la Guerra de Corea. Vimos a un Trump amenazante que se convirtió en dialogante tras conocer del potencial termonuclear coreano. Un Trump que ha sido el primer presidente en activo de los EE.UU. que ha cruzado la frontera al Norte.
Ahora hemos pasado del capricho de un millonario a la senilidad imperialista de Biden, cómplice de cada una de las muertes en los bombardeos de Libia.