Alejandro Dumas
Identidad y racismo en el siglo XIX.
Gonzalo Torné.- La Lectura
El gran Alexandre Dumas ofrece en ‘Georges’ un trasunto de su propia vida. Mulato de la isla de Mauricio, traslada al protagonista de la novela las dudas y la difícil convivencia con su origen
La novela que tiene usted entre manos pertenece a uno de los escritores más populares y leídos de todos los tiempos, Alexandre Dumas (padre). Adaptadas y traducidas a cientos de idiomas (¿quién no ha oído hablar de El conde de Montecristo o Los tres mosqueteros?), Dumas cultivo toda clase de géneros hasta el punto de que bien se le podría considerar una orquesta de un sólo hombre, y entregó tantas obras a la imprenta que un lector podría alimentarse durante una década sólo con sus libros.
Una dieta llena de aventuras, espadas y exotismo. El periodo de producción de Dumas es además de lo más interesante, coinciden el decaimiento de la música y del teatro como espectáculos populares y la ausencia de radio, televisión y otros productos audiovisuales, todavía por inventar. De manera que la novela se encuentra en la cima (y casi sola) del entretenimiento. Y Dumas, como los estudios Marvel de hoy, era una máquina engrasada de entregarle al público lo que quería.
EL PRIMER DESARRAIGADO
Conviene por cierto deshacer un par de equívocos sobre el entretenimiento. El entretenimiento, como su nombre indica, es una pasarela que ocupa el tiempo de manera grata entre dos ejercicios más absorbentes. Tampoco hay géneros más entretenidos que otros, la novela no es superior a los tebeos de suyo, por decir algo, de la misma manera que el cine nunca ha sido inferior a la ópera. Depende. Las distinciones deben establecerse dentro del propio género: hay grandes novelas y novelas de entretenimiento, las primeras indagan aspectos nuevos sobre el mundo y buscan soluciones formales creativas, las segundas nos dan lo que esperamos en un orden reconocible y sosegado. Por último, no hay nada malo en entretenerse, más bien al contrario, las personas que no saben entretenerse dan un poco de miedo. No es lo mismo leer a Dumas que a Balzac.
Georges supone la recuperación de una novela donde Dumas, sin renunciar a acariciar y complacer al lector, parece poner en juego aspectos que le afectaban personalmente, al tiempo que daba los primeros pasos en uno de los temas dominantes de la ficción del siglo XX: la descolonización. La novela trata de la integración de Georges en la sociedad parsina. Hijo de un mulato de la isla de Mauricio, Georges tiene la piel tan clara que puede pasar por blanco. Georges se aprovecha de esta situación para introducirse en la alta sociedad donde se convertirá en una persona de cultura y sensibilidad. El episodio refleja aspectos de la propia vida de Dumas, que era también mulato, aunque le costase más pasar desapercibido.
La segunda parte de la novela se refleja en la primera como un espejo invertido: Georges regresa a Mauricio para descubrir que se ha convertido en un desarraigado. Y no solo eso, su conocimiento del mundo blanco le faculta para liderar una revuelta de esclavos contra los señores de la plantación, y de su propio hermano, convertido en una suerte de tirano. Adiós a los salones y al refinamiento, entramos en el terreno de las espadas, la aventura, los abordajes y las traiciones. La fórmula mágica de la salsa Dumas.
UN PRECURSOR COMEDIDO
El entretenimiento funciona como techo para el alcance de la novela. Dumas parece retirar la mirada cuando las implicaciones sociales y psicológicas amenazan con tensarse: la novela tiende a considerar los esfuerzos de adaptación de Georges como algo natural, rebajando mucho las acusaciones implícitas contra el racismo al asimilar de manera implícita las bondades de una jerarquía racial. Y eso no es todo: el protagonista sólo se da cuenta del abuso de los mulatos como él contra los negros de la isla después de atravesar una educación «de blanco». El exotismo se impone a la indagación, la connivencia con las ideas dominantes a la reflexión personal desde la propia experiencia.
Reconocemos el valor de Dumas, pero da vértigo comparar el jugo que le sacarán a situaciones parecidas novelistas como Naipaul o Coetzee, Faulkner o Roth. En parte porque la comparación es injusta. El rango de Dumas es el entretenimiento y es aquí donde se desenvuelve como un rey del oficio. La variedad de recursos, la amplitud de registros, lo gustoso de la prosa, el colorido de las descripciones, el brío de los personajes… todo es artesanía de primera calidad.
Georges
Traducción de José Ramón Monreal. Navona. 472 páginas. 29 € Puedes comprarlo aquí.