La izquierda con salsa.

Lo de la ensaladilla del título, no es por supuestas querencias pro rusas ni por hacer ver una línea comunista en sus planteamientos, como mucho el origen de muchos de ellos que abandonaron esa ideología por la via de los hechos para sustuirlo por una nueva izquierda algo difusa, bastante liberal y poco obrerista. Es por lo de mezclar muchas verduras diferentes para aderazarlo todo con una salsa suave. Las verduras, son los comunes, los errejoners, las mareas de diferente oleaje y los podemitas reciclados. Un poco de rojo, otro de verde, otro amarillo de la senyera… y la salsa, claro, es Yolanda Díaz.
No seré yo quien les quite las ganas de generar la enésima confluencia. Desde los tiempos de Anguita y la creación de IU este ha sido el camino de las izquierdas para sobrevivir al abrazo del oso socialdemócrata, al que de un tiempo a esta parte necesitan arrimarse para vivir calentitos pero que suelen acabar ahogándoles una vez que les tiene a mano.
Esto de Sumar sigue sin tener contenido programático. Más allá de la voluntad de querer ser algo menos irrelevantes electoralmente para poder reclamar de nuevo su parcela de poder en forma de ministros, secretarios de estado y asesores varios. ¿Para hacer qué? Aún no se sabe más allá de las declaraciones con sabor a golosina de la lider proclamada. Pero aún no hay un programa concreto. No ya revolucionario sino simplemente un paquete de reformas ambiciosas en las cosas de comer. O al menos diferenciadas de las que podría hacer un partido liberal nordico en materia de supuestos derechos civiles. Si tu programa «rupturista» de izquierdas se parece al que aplica Macron en Francia, tienes un problema.
Sumar tiene todo por hacer. Otra cosa es que lo haga. A España no le vendría mal una izquierda moderna, verde y reformista, pero sobre todo regeneracionista y rupturista con una vieja izquierda socialdemocracia caduca y sistémica. Pero eso es otra cosa o lo parece a lo que Sumar pretende. No hay un proyecto de país sino una suma de proyectos locales y regionales que a lo mejor no terminan sabiendo bien en la mezcla, por mucha salsa que tengan. El caso de Más Madrid es un ejemplo de éxito sin duda, porque se identifica bien con un segmento concreto de la sociedad madrileña: moderna, progre, algo pija y muy urbana. Pero eso en Cuenca o Jaén no sirve. Ahí tienen un problema. Porque las Españas, son mucho más que los centros de las grandes ciudades y la izquierda es algo más que los patinetes y huertos urbanos. La izquierda debe dar respuestas y esperanzas a la clase trabajadora, pero es que precisamente la clase a la que pertenecen las élites urbanas de la izquierda que ahora quieren Sumar, no es la misma que la de millones de españoles que están pagando las consecuencias de un modelo liberal y globalista. Y encima las pupilas del caudillo Iglesias poniendo problemas a la suma. Veremos…