Ha pasado casi un mes desde mi última entrada en los apuntes del blog. Las labores profesionales, familiares, médicas e incluso de rehabilitación domiciliaria –no es que haya dejado las drogas, que no consumo, es que he arreglado muchas cosas en casa– me han tenido algo alejado de este sitio de mi recreo. Espacio que estoy remozando y donde percibo que incluyo cada día más textos o muy «derechistas» o muy «izquierdistas«, por lo que el título La Mirada Disidente no anda nada desencaminado del objetivo.
Lo que llaman políticamente correcto o sistémico es cada día más lamentable y no pierden la ocasión para demostrarnos que somos bastante tontos y que no tienen el mínimo rubor de vendernos motos con ruedas cuadradas. La última en estos días, el teatro montado por Pedro Sánchez y sus palmeros. Pero es que sus némesis peperas no les andan a la zaga. Por no obviar que en el mundo político/mediático de lo incorrecto y lo disidente hay una dosis elevada de desequilibrados y jetas, con un nivel cultural bajo mínimos y una capacidad de análisis crítico de nivel ameba. Los mejores aliados del sistema, que les hace su hueco como en sus momento la telebasura abría espacio a personajes de frenopático para mantener vivo el espectáculo. Marca de la España que sufrimos y que a muchos no nos gusta.
Por suerte no hay que abandonar la esperanza. Siguen surgiendo voces críticas pero a la vez educadas y razonadas que quieren denunciar el estado de las cosas y que al mismo tiempo anuncian la posibilidad de un tiempo nuevo. El retorno de La Iberia como proyecto mediático es un buen ejemplo. Pero no es el único. Hay variedad de iniciativas personales o colectivas, generando sinergias y creando una comunidad amplia y diversa de verdadera y sana disidencia. Por eso y porque me apetece – ya saben… el sitio de mi recreo – continuaré sacando tiempo para apoyar esos proyectos de forma presencial, con artículos o con dinero, al mismo tiempo que mantendré activo este espacio en la red donde seguiré colgando textos propios o ajenos que considero necesitan ser difundidos para mostrar otra visión del mundo. Con la modestia de mis recursos y capacidades estoy logrando llegar a más de dos millares de personas que acceden y leen puntualmente las cosas que publico y difundo. Un grano que hace granero.
Como decíamos ayer, seguimos… que como dijo el gran Chesterton: «el fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso.«